El crédito para el consumo aumentó a ritmo importante en los últimos meses. La baja de tasas y la inflación en retroceso generó un cambio en el financiamiento en cuotas de las familias argentinas.
Los préstamos crecen con fuerza mientras las tasas bajan.
El crédito destinado al consumo personal no para de crecer a un ritmo que llama la atención. En los últimos meses, los préstamos bancarios personales o desde billeteras virtuales, como Mercado Crédito, registraron un salto impresionante. El principal motivo es la baja de las tasas de interés, lo que facilitó el acceso a financiamiento y permite a más personas poder cubrir gastos extras como hacer compras o pagar deudas vencidas con tarjetas.
Según el Banco Central, los préstamos en pesos otorgados por éstas entidades financieras aumentaron más de 200% interanual en términos reales. Pasaron de $2,01 billones a $10,7 billones. También hubo un incremento en los créditos hipotecarios, que crecieron 84,9% en el último año.
El consumo en cuotas volvió a ser una opción atractiva para los argentinos. Mucha gente tomó de estos préstamos para renovar su hogar, pagar sus vacaciones o financiar compras de electrodomésticos. Otros lo usaron para refinanciar deudas y/o reducir lo adeudado en sus tarjetas de crédito.
Los bancos siguen ofreciendo opciones de financiación con tasas fijas. El Banco Nación por ejemplo lanzó un esquema con tasas decrecientes que van del 55% al 25%. En tanto, el Banco Provincia ofrece 42% anual para clientes sin deudas registradas en el BCRA.
Los préstamos como estos ayudan a mantener el nivel de consumo en una actualidad donde la inflación aún golpea los salarios de los trabajadores tanto en relación de dependencia como los informales. Sin embargo, hay que tener en cuenta los intereses y elegir bien la opción más conveniente.
Las tasas de referencia están en 29% nominal anual aproximadamente, lo que implica un 33,63% de tasa efectiva. Este número es clave para calcular cuánto se pagará en total por un préstamo.
El Banco Macro, por su parte, otorga créditos personales con una TNA del 51% y una TEA del 64,78%. En un préstamo de $100.000 a cinco años, la cuota mensual ronda los $8.592.
Los expertos siempre recomiendan evaluar bien antes de pedir un préstamo. Lo ideal es usarlo para financiar bienes o proyectos que generen una renta o valor posterior y no solo para cubrir gastos corrientes, ya que ese dinero al no volver a tu cuenta bancaria, podría generar más inconvenientes a largo plazo que beneficios en el corto plazo.
El crédito destinado al consumo personal no para de crecer a un ritmo que llama la atención. En los últimos meses, los préstamos bancarios personales o desde billeteras virtuales, como Mercado Crédito, registraron un salto impresionante. El principal motivo es la baja de las tasas de interés, lo que facilitó el acceso a financiamiento y permite a más personas poder cubrir gastos extras como hacer compras o pagar deudas vencidas con tarjetas.
El consumo en cuotas volvió a ser una opción atractiva para los argentinos. Mucha gente tomó de estos préstamos para renovar su hogar, pagar sus vacaciones o financiar compras de electrodomésticos. Otros lo usaron para refinanciar deudas y/o reducir lo adeudado en sus tarjetas de crédito.
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Las tarjetas siguen en uso, aunque con costos altos según los índices bancarios. En enero, el saldo total de compras con tarjeta llegó a $16,5 billones, lo que significó un incremento nominal del 6,9% respecto al mes anterior.Los préstamos como estos ayudan a mantener el nivel de consumo en una actualidad donde la inflación aún golpea los salarios de los trabajadores tanto en relación de dependencia como los informales. Sin embargo, hay que tener en cuenta los intereses y elegir bien la opción más conveniente.
El Banco Macro, por su parte, otorga créditos personales con una TNA del 51% y una TEA del 64,78%. En un préstamo de $100.000 a cinco años, la cuota mensual ronda los $8.592.
Los expertos siempre recomiendan evaluar bien antes de pedir un préstamo. Lo ideal es usarlo para financiar bienes o proyectos que generen una renta o valor posterior y no solo para cubrir gastos corrientes, ya que ese dinero al no volver a tu cuenta bancaria, podría generar más inconvenientes a largo plazo que beneficios en el corto plazo.