Las jubilaciones y los planes sociales aumentaron con la inflación, lo que disparó el gasto público. El Gobierno buscará reducir subsidios y frenar la obra pública para contener el déficit
El gasto en jubilaciones y asignaciones sociales creció fuerte en febrero según el Gobierno (Foto: Prenoticia)
El Gobierno enfrenta un nuevo desafío en su plan económico. En febrero, el gasto público aumentó más del 30% en términos reales debido a la actualización automática de las jubilaciones y los programas sociales. Este crecimiento fue impulsado por la fórmula de ajuste que se basa en la inflación.
Según consultoras privadas, el gasto en febrero creció al menos un 10,7% interanual, y en el acumulado de los primeros dos meses del año, el aumento alcanzó el 15,5%.
Este aumento en las erogaciones llevó al Gobierno a intensificar recortes en subsidios y obra pública, dos áreas que ya venían perdiendo peso en el presupuesto. El ajuste también afecta el gasto en salarios estatales.
Entre los sectores más afectados por los recortes aparecen los subsidios al transporte y la energía, con reducciones de 50% y 59% respectivamente. En tanto, la obra pública prácticamente desapareció, con una caída del 68% en términos reales.
En contrapartida, las transferencias a las provincias tuvieron un aumento del 49,9%, mientras que las asignaciones familiares y la AUH crecieron 35%. Por su parte, las jubilaciones subieron 32,1% interanual.
El FMI sigue de cerca estas cifras. La suba del gasto previsional y social es un dato clave para el organismo, que monitorea los ajustes fiscales de Argentina.
El impacto en el déficit preocupa al Gobierno. Aunque la inflación permitió una fuerte licuación del gasto en los primeros meses de 2024, los aumentos por indexación complican el ajuste.
La decisión de actualizar las jubilaciones y asignaciones por inflación fue tomada mediante un decreto presidencial. Esta medida desaceleró el ritmo de reducción del gasto público.
El escenario obliga a acelerar los recortes. En los próximos meses, el Ejecutivo buscará limitar aún más los subsidios, con aumentos en tarifas de servicios públicos y transporte.
Algunos analistas advierten que el ajuste puede generar mayor tensión social. El recorte en obra pública y subsidios impacta en el empleo y el poder adquisitivo de muchos sectores.
El Gobierno apuesta a que la inflación continúe bajando para evitar mayores aumentos en el gasto. Sin embargo, la situación sigue siendo delicada y el equilibrio fiscal parece aún lejano.

El Gobierno enfrenta un nuevo desafío en su plan económico. En febrero, el gasto público aumentó más del 30% en términos reales debido a la actualización automática de las jubilaciones y los programas sociales. Este crecimiento fue impulsado por la fórmula de ajuste que se basa en la inflación.
Este aumento en las erogaciones llevó al Gobierno a intensificar recortes en subsidios y obra pública, dos áreas que ya venían perdiendo peso en el presupuesto. El ajuste también afecta el gasto en salarios estatales.
Entre los sectores más afectados por los recortes aparecen los subsidios al transporte y la energía, con reducciones de 50% y 59% respectivamente. En tanto, la obra pública prácticamente desapareció, con una caída del 68% en términos reales.
En contrapartida, las transferencias a las provincias tuvieron un aumento del 49,9%, mientras que las asignaciones familiares y la AUH crecieron 35%. Por su parte, las jubilaciones subieron 32,1% interanual.
El FMI sigue de cerca estas cifras. La suba del gasto previsional y social es un dato clave para el organismo, que monitorea los ajustes fiscales de Argentina.
La decisión de actualizar las jubilaciones y asignaciones por inflación fue tomada mediante un decreto presidencial. Esta medida desaceleró el ritmo de reducción del gasto público.
Algunos analistas advierten que el ajuste puede generar mayor tensión social. El recorte en obra pública y subsidios impacta en el empleo y el poder adquisitivo de muchos sectores.
El Gobierno apuesta a que la inflación continúe bajando para evitar mayores aumentos en el gasto. Sin embargo, la situación sigue siendo delicada y el equilibrio fiscal parece aún lejano.