Ecuador, Panamá, Costa Rica y República Dominicana expresaron su rechazo a la reciente toma de posesión de Nicolás Maduro como presidente de Venezuela. Los gobiernos señalan que este acto fue el resultado de un fraude electoral. Según afirmaron, el proceso estuvo marcado por irregularidades y el uso del "terror de Estado" contra los ciudadanos.
Maduro asumió un tercer mandato pese a los cuestionamientos de Estados Unidos, la Unión Europea y otros países de la región. Mientras tanto, el opositor Edmundo González Urrutia insiste en que las elecciones del 28 de julio le dieron la victoria y calificó la investidura como un "golpe de Estado".
La Alianza para el Desarrollo en Democracia (ADD), que incluye a estos cuatro países, aseguró que existe evidencia de que la mayoría de los venezolanos votó por González Urrutia de manera pacífica y masiva. Sin embargo, las autoridades venezolanas declararon ganador a Maduro, pero sin publicar los resultados detallados.
En un comunicado, la ADD expresó que continuará trabajando con la comunidad internacional para buscar una transición democrática en Venezuela. También condenaron las violaciones sistemáticas a los derechos humanos en ese país y denunciaron las múltiples acciones fraudulentas del régimen de Maduro.
Por su parte, el Centro Carter, único observador internacional aceptado, validó las actas presentadas por la oposición, las cuales certifican la victoria de González Urrutia. A pesar de esto, el gobierno chavista rechaza estos resultados.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, expresó su preocupación por la situación en Venezuela y pidió la liberación de los detenidos políticos. Según datos de la ONG Foro Penal, desde enero se han registrado 49 detenciones por motivos políticos.
González Urrutia, desde el exilio, difundió un video donde acusó a Maduro de "autocoronarse dictador". La oposición afirma que González ganó con el 70% de los votos, un dato que el chavismo niega y no reconoce.