La inflación y la recesión profundizan la pobreza y la indigencia en el país,
alcanzando niveles alarmantes según las primeras estimaciones del año. El
Gobierno de Milei enfrenta un panorama social adverso, con un mercado laboral
debilitado y una fuerte caída del poder adquisitivo.
Un salto crítico en la pobreza: más del 50% de los argentinos afectados por la crisis económica (Foto: Prenoticia archivo)
La pobreza en la Argentina continúa su ascenso, reflejando un panorama
social cada vez más complejo. Según estimaciones previas, el Indec dará
a conocer este jueves cifras que muestran que más del 50% de los argentinos no
logra cubrir sus necesidades básicas. Este dato, correspondiente al primer
semestre del año, pone en evidencia el impacto de la inflación y la
recesión. Además, la indigencia también habría escalado,
situándose por debajo del 20%. El deterioro de las condiciones de vida es
profundo, especialmente en los sectores más vulnerables.
El último dato oficial de pobreza del 2023 había cerrado en 41,7%, lo que
representaba a unos 19,4 millones de personas que no alcanzaban a cubrir la
canasta básica. Dentro de ese grupo, casi el 12% se encontraba en
situación de indigencia, es decir, familias que ni siquiera contaban con lo
mínimo para alimentarse. Estos números ya eran alarmantes, pero la situación
ha empeorado. La Universidad Católica Argentina (UCA) estima que la
pobreza habría alcanzado al 52% de la población en el primer semestre de 2024,
y la indigencia al 17,9%, lo que representa los niveles más altos desde 2004.
El mercado laboral también muestra signos claros de deterioro. Aunque
en los últimos años se habían mantenido tasas de
desempleo relativamente bajas, la recesión ha hecho estragos. En el
primer trimestre de 2024, la desocupación subió al 7,7%, lo que representa un
aumento de dos puntos porcentuales respecto al cierre de 2023. Para el segundo
trimestre, el desempleo se ubicó en 7,6%, un incremento de 1,2 puntos en
comparación con el mismo período del año anterior. Este deterioro del empleo
ha afectado tanto al sector formal como al informal, con una
pérdida significativa de puestos de trabajo registrados y un aumento del
empleo no registrado, es decir, en negro.
Los efectos del ajuste económico, con la devaluación del tipo de cambio
y la liberación de precios reprimidos impulsados por el gobierno de
Javier Milei, han generado un fuerte impacto en los primeros meses del
año. La inflación trepó a un 25,5% en diciembre de 2023 y desde mayo de
2024 se estabilizó en torno al 4% mensual. Aunque los salarios intentaron
recuperar parte del terreno perdido, la caída del poder adquisitivo fue
pronunciada y no logró revertirse del todo.
La Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del Indec refleja un mercado
laboral cada vez más precario. En los primeros tres meses del año, se registró
una pérdida de 60.400 puestos de trabajo en el sector formal, mientras que en
el sector informal se incorporaron 328.300 personas. Este cambio señala una
tendencia hacia empleos de menor calidad y salarios insuficientes para
enfrentar la creciente inflación.
A medida que se acercan las cifras oficiales, los pronósticos pintan un
panorama sombrío. La recesión económica y la falta de empleo estable han
llevado a millones de argentinos a situaciones críticas, mientras los
indicadores de pobreza y desigualdad no dejan de crecer.