En un contexto económico desafiante, el Indec anunció que los salarios crecieron
7,5% en julio, lo que permitió que superaran la inflación por 3,5 puntos
porcentuales.
Los salarios le ganan a la inflación en julio, pero la pobreza sigue siendo alarmante (iStock)
Tanto los trabajadores del sector privado formal como los estatales y
los informales lograron aumentos salariales superiores al Índice de
Precios al Consumidor (IPC) del séptimo mes del año.
Sin embargo, al observar el acumulado de los primeros siete meses del año, la
situación varía. Si bien los trabajadores informales y los
empleados del sector privado registrado mantuvieron incrementos por
encima de la inflación anual (95,4% y 105,8% respectivamente), los
trabajadores estatales no corrieron la misma suerte. Entre enero y julio, sus
salarios subieron 84,9%, quedando por debajo del IPC que avanzó un 87% en ese
mismo período.
Los trabajadores formales del sector privado tuvieron un ajuste
salarial del 6,3%, mientras que los empleados estatales lograron un incremento
del 6,7% en julio. Los trabajadores informales se destacaron con un
alza del 15,1%, lo que los posiciona como los más beneficiados durante el mes.
A pesar de estas subas, ningún grupo ha podido recuperar el terreno perdido en
los últimos meses del año pasado, cuando la inflación avanzó a un ritmo
incontrolable.
En cuanto a la Canasta Básica Total (CBT), que mide los gastos
necesarios para que una familia tipo cubra sus necesidades básicas, esta
aumentó un 81,7% en los primeros siete meses del año. Aunque los
salarios crecieron un 98,1% en el mismo período, lo que indicaría una
recuperación del poder adquisitivo frente a la canasta, la realidad es que
muchas familias siguen enfrentando dificultades para cubrir sus necesidades
básicas. Además, la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que establece el
umbral de la indigencia, subió un 68,6%, manteniéndose también
por debajo del incremento de los salarios.
Un dato preocupante es que, según el Indec, más del 50% de los
argentinos se encuentra en situación de pobreza y el 18,1% en
indigencia. Esto refleja que, a pesar de la recuperación parcial de los
salarios, los costos de vida siguen superando ampliamente los ingresos de
muchas familias, llevando a un aumento inevitable de los niveles de pobreza.
Para lo que resta del año, los analistas económicos señalan que será clave
seguir de cerca la evolución de los salarios en relación a la
inflación y el costo de las canastas básicas. Si bien las cifras de
julio muestran una leve mejora en el poder adquisitivo de algunos sectores,
aún queda por ver si esta tendencia podrá sostenerse y generar un impacto real
en la reducción de la pobreza e indigencia en el país. Las expectativas están
puestas en los próximos informes del Indec, que brindarán un panorama más
claro de lo que puede esperarse para el segundo semestre.
En conclusión, aunque los salarios le ganaron a la inflación en julio, el
impacto en la pobreza estructural sigue siendo preocupante, con
familias que aún no logran salir del umbral de la canasta básica.
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