Durante la Última Cena con sus Apóstoles antes de su crucifixión, Jesús, según
los Evangelios, estableció el sacramento de la Eucaristía, un momento crucial
Última Cena del Jueves Santo: ¿Por qué Jesús bebió de la llamada “quinta copa”?
Siguiendo las tradiciones de la comida ritual judía de Pesaj, Jesús consagró
el pan y el vino como símbolos de su "cuerpo" y su "sangre", entregándolos a
sus discípulos como alimento espiritual y como señal de una nueva alianza
divina.
En un gesto simbólico, Jesús tomó una copa específica, conocida como "la
quinta copa", reservada para el profeta Elías, cuya venida estaba asociada con
la llegada del Mesías.
Aunque no era común beber de esta copa durante el Seder de Pesaj, su mera
inclusión en la ceremonia era significativa. Esta acción de Jesús sugiere que
los tiempos profetizados estaban llegando a su cumplimiento, indicando que
Juan el Bautista cumplió el papel de Elías, como se menciona en el Evangelio
de Mateo 17:12.
Este acto simbólico de Jesús durante la última cena, además de instituir la
Eucaristía, lleva consigo un profundo significado, señalando el cumplimiento
de las profecías y la llegada del Reino de Dios según lo anunciado en las
Escrituras.
Las Iglesias reformadas, con sus distintas interpretaciones teológicas, no
conciben la presencia "real" de Cristo, sino que la consideran más bien como
un símbolo conmemorativo de la última cena.
En contraste, estas iglesias abrazan la noción de "consubstanciación".
Mientras tanto, la Iglesia católica y algunas denominaciones ortodoxas
observan dos liturgias durante el Jueves Santo. Por la mañana, se celebra la
Misa Crismal (a menudo llevada a cabo el miércoles por razones logísticas),
donde el obispo congrega a los sacerdotes de su diócesis para renovar sus
votos sacerdotales y santificar los óleos sagrados. La palabra "crismal"
deriva del griego "khrisma", que significa "aceite".
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