Algunas veces cuando intentamos adquirir un producto, por ciertas circunstancias como por ejemplo no leer la letra chica, o por confiarnos en la gentileza y la amabilidad del vendedor. Terminamos convirtiendo esa búsqueda soñada por conseguir ese algo que tanto habíamos buscado en una pesadilla interminable. A continuación te explicaremos qué deberás hacer para evitar litigios, tramites, abogados y por supuesto malos momentos.
CÓMO DEFENDERSE DE UN VENDEDOR MALICIOSO. FOTOGRAFÍA: MAURICIO ACOSTA
A estas alturas, todos hemos comprado a través de internet. Pues resulta que internet es hoy el servicio por el cual se realiza la mayoría de las adquisiciones de servicios y productos en el mundo. De esta manera superando el trámite de manera personal como se realizaba habitualmente. Es aquí donde entra el conflicto en la que la mayoría de las veces, al ser un servicio tercerizado ya que influye de manera directa la calidad del internet con el cual estés operando la compra, esta puede influir en el momento de concretar la misma. Lo cual puede traerte complicaciones a futuros.
Pero sin importar el medio por el cual se esté realizando la compra, el producto adquirido puede no terminar de gustarnos. Esto nos generará disconformidad de concretar la compra por supuesto. O quizás que el producto esté dañado y el vendedor no nos quiera reconocer la reparación de la situación. Es aquí donde aparece la figura del ente que protege al consumidor llamado "Defensa del/al Consumidor".
Este ente regula el consumo en la mayoría de los países y está regulado por entidades públicas. Por ejemplo en Argentina, en la Ciudad de Buenos Aires se encuentra ubicado en la calle Maipú 169, en el barrio de Puerto Madero. Recibe decenas de denuncias diarias por parte de usuarios que se sienten disgustados, defraudados o estafados al adquirir un producto.
No es necesario que el producto esté dañado. Según la legislación vigente, que el mismo tenga una particularidad que no especificaba anteriormente en el modelo proporcionado tanto digital como publicitariamente por el vendedor, es motivo suficiente para cancelar la operación comercial.
Por otro lado también se la resguarda de situaciones litigiosas o dudosas en las que el vendedor simplemente no responde o desaparece. Es por eso que la consulta se realiza tanto personal como vía telefónica a través del 0800-666-1518 y/o realizando la denuncia a través de la web del Gobierno de la Ciudad llenando en la misma los datos de la compra. Aquí podrás tener acceso al sitio para gestionar tu denuncia. Te recomendamos hacer ambas, realizar la denuncia vía web y llamar al número telefónico anteriormente mencionado.
Y recuerda, no siempre el vendedor tiene la razón ni tampoco el comprador. En épocas en donde la información es libre, accesible a cualquier persona con conexión a internet. Esta puede ser manipulada en cualquier sentido, a favor o en contra. Y no siempre los que buscan hacer un mal son los compradores. Algunos casos termina sucediendo lo contrario. Pero es importante que la figura del Defensor al Consumidor exista, ya que este solucionará de manera gratuita y eficiente los cargos y operaciones que haya tenido el comprador con el vendedor en las mayoría de las veces sin necesidad de llegar a una mediación. Simplemente cancelando la existencia del contrato y exigiendo la devolución del dinero.
CÓMO DEFENDERSE DE UN VENDEDOR MALICIOSO. FOTOGRAFÍA: MAURICIO ACOSTA
A estas alturas, todos hemos comprado a través de internet. Pues resulta que internet es hoy el servicio por el cual se realiza la mayoría de las adquisiciones de servicios y productos en el mundo. De esta manera superando el trámite de manera personal como se realizaba habitualmente. Es aquí donde entra el conflicto en la que la mayoría de las veces, al ser un servicio tercerizado ya que influye de manera directa la calidad del internet con el cual estés operando la compra, esta puede influir en el momento de concretar la misma. Lo cual puede traerte complicaciones a futuros.
Pero sin importar el medio por el cual se esté realizando la compra, el producto adquirido puede no terminar de gustarnos. Esto nos generará disconformidad de concretar la compra por supuesto. O quizás que el producto esté dañado y el vendedor no nos quiera reconocer la reparación de la situación. Es aquí donde aparece la figura del ente que protege al consumidor llamado "Defensa del/al Consumidor".
Este ente regula el consumo en la mayoría de los países y está regulado por entidades públicas. Por ejemplo en Argentina, en la Ciudad de Buenos Aires se encuentra ubicado en la calle Maipú 169, en el barrio de Puerto Madero. Recibe decenas de denuncias diarias por parte de usuarios que se sienten disgustados, defraudados o estafados al adquirir un producto.
No es necesario que el producto esté dañado. Según la legislación vigente, que el mismo tenga una particularidad que no especificaba anteriormente en el modelo proporcionado tanto digital como publicitariamente por el vendedor, es motivo suficiente para cancelar la operación comercial.
Por otro lado también se la resguarda de situaciones litigiosas o dudosas en las que el vendedor simplemente no responde o desaparece. Es por eso que la consulta se realiza tanto personal como vía telefónica a través del 0800-666-1518 y/o realizando la denuncia a través de la web del Gobierno de la Ciudad llenando en la misma los datos de la compra. Aquí podrás tener acceso al sitio para gestionar tu denuncia. Te recomendamos hacer ambas, realizar la denuncia vía web y llamar al número telefónico anteriormente mencionado.
Y recuerda, no siempre el vendedor tiene la razón ni tampoco el comprador. En épocas en donde la información es libre, accesible a cualquier persona con conexión a internet. Esta puede ser manipulada en cualquier sentido, a favor o en contra. Y no siempre los que buscan hacer un mal son los compradores. Algunos casos termina sucediendo lo contrario. Pero es importante que la figura del Defensor al Consumidor exista, ya que este solucionará de manera gratuita y eficiente los cargos y operaciones que haya tenido el comprador con el vendedor en las mayoría de las veces sin necesidad de llegar a una mediación. Simplemente cancelando la existencia del contrato y exigiendo la devolución del dinero.
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